jueves, 7 de mayo de 2015

OBRA DE FEDERICO GARCÍA LORCA



Los símbolos: de acuerdo con su gusto por los elementos tradicionales, Lorca utiliza frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren muy frecuentemente a la muerte aunque, dependiendo del contexto, los matices varían bastante. Son símbolos centrales en Lorca:
  • La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su significación más frecuente es la de muerte, pero también puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
  • El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está estancada, representa la muerte.
  • La sangre: representa la vida y, derramada, es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo sexual.
  • El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra, portando siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el erotismo masculino.
  • El toro: García Lorca era aficionado a los toros; según sus palabras: "Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo. Es el drama puro en que el cual el español derrama sus mejores lágrimas y su bilis. Es el único sitio a donde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza (...) "
  • Las hierbas: su valor dominante, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.
  • Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de armas blancas, que conllevan siempre tragedia.

Poesía

1918.- “Impresiones y paisajes”

1920.- “Suites”

1921.- “Libro de poemas”

1921.- “Poema del cante jondo”

1927.- “Canciones”

1927-1931.- “Viaje a la luna”

1928.- “Romancero gitano”

1929-1930.- “Poeta en Nueva York”

1931.- “Diván del Tamarit”

1931-1934.- “18 poemas breves”

1934.- “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”

1935.- “Primeras canciones”

1935.- “Seis poemas galegos”

1936.- “Sonetos del amor oscuro”


Teatro

1919.- “El maleficio de la mariposa”

1923.- “El misterio de los reyes magos”

1923.- “Mariana Pineda”

1923.- “La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón”

1923.- “Lola la comedianta”

1928.- “Teatro breve”

1929.- “Viaje a la luna”

1930.- “La zapatera prodigiosa”

1931.- “Tragedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita”

1931.- “El retablillo de Don Cristóbal”

1931.- “Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín”

1931.- “Así que pasen cinco años”

1933.- “El público”

1933.- “Bodas de sangre”

1934.- “Yerma”

1935.- “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores”

1936.- “La casa de Bernarda Alba”

1936.- “La comedia sin título”

1936.- “Los sueños de mi prima Aurelia"

1936.- “La destrucción de Sodoma”


Varios

“Granada. Paraíso cerrado para muchos”

“Historia de este gallo”

1926.- “La imagen poética de Luís de Góngora”

1927-1928.- “Degollación del Bautista”

1927-1928.- “Degollación de los inocentes”

1927-1928.- “Suicidio en Alejandría”

1927-1928.- “Santa Lucía y San Lázaro”

1927-1928.- “Nadadora sumergida. Pequeño homenaje a un cronista de salones”

1927-1928.- “Amantes asesinados por una perdiz”

1927-1928.- “La gallina”

1928.- “Las nanas infantiles”

1929.- “Imaginación, inspiración y evasión de la poesía”

1930.- “Teoría y juego del duende”

1935.- “Charlas sobre teatro”

1935.- “De mar a mar”

1936.- “En homenaje a Luis Cernuda”

1936.- “Semana Santa en Granada”

OBRA DE RAMÓN MARÍA DE VALLE INCLÁN



·         Santiago supuso una vivencia personal y estética imborrables para Ramón Valle, plasmada años después en un hermoso pasaje de La Lámpara Maravillosa (OC., I, 1953-1954). Pero, si la trascendencia de esta experiencia es innegable, los años estudiantiles dejaron en el joven universitario otros posos, pues conoció y vivió el ambiente político, ideológico y cultural que allí se respiraba como asiduo asistente a tertulias, que compartió con Pedro Seoane, los hermanos Augusto y Moisés González Besada, director, el segundo, de la mencionada revista ilustrada Café con Gotas; Vázquez de Mella, futuro líder del partido carlista, cuyas ideas eran opuestas a las del liberal y también contertulio Alfredo Vicenti, director más tarde de El Globo, en el que Valle publicó diversas colaboraciones.

·         De la curiosidad e interés de Ramón Valle por todo lo gallego da cuenta su proyectada Historia de Galicia y sus tempranas lecturas en la biblioteca paterna de los escritores más relevantes de la literatura gallega de la época, que merecieron su admiración. En esta línea admirativa se inscribe su ya citada relación con el teórico del regionalismo gallego, Manuel Murguía, autor del prólogo, que Valle le solicitó desde México (en carta fechada en marzo de 1893), para su primer libro, Femeninas (1895); un prólogo que en 1922, siendo ya Don Ramón escritor consagrado, reincorporó a Corte de Amor, evocando con afecto y respeto la figura de Murguía, El viejo maestro con quien solía pasear las tardes de invierno compostelano... (OC., I, 116).


·         Este recordatorio de los paseos compostelanos remite de nuevo a la idea de que Valle-Inclán, estudiante universitario, no podía ser ajeno a aquella efervescencia regionalista. En este ámbito, pues, hay que situar el contacto con la segunda de las grandes figuras del movimiento: Alfredo Brañas.

·         De su mutuo conocimiento no hay duda, ya que Brañas cita a tres miembros de la familia Valle-Inclán (Don Ramón Valle y sus dos hijos, Carlos y Ramón) en su libro El Regionalismo (1889), para indicar su vinculación al movimiento que lidera. Por si esto fuera poco, la relación entre el joven Valle y Brañas se establece por triple vía. En primer lugar, fue alumno del eminente profesor en la Facultad de Derecho. Segundo, Brañas dirigió durante algún tiempo El País Gallego, en el que colaboraron Carlos y Ramón Valle. La última vía de contacto tiene que ver con Joaquín Díaz de Rábago, miembro de la Unión Católica, amigo del profesor de Derecho y tutor del estudiante universitario, quien por entonces participaba en las actividades del Círculo de la Juventud Católica de Santiago, presidido en 1886 por el catedrático compostelano, siendo su vicepresidente Vázquez de Mella. Valle-Inclán llegaría a presidir -en 1919- el Círculo Católico de Obreros de A Pobra do Caramiñal, un tipo de agrupaciones nacidas bajo la tutela de Alfredo Brañas como diques de contención al sindicalismo de clase.

·         La influencia del pensamiento tradicionalista de Brañas sobre Valle-Inclán no es un hecho fácilmente comprobable, en tanto no se sabe de ninguna manifestación explícita que lo corrobore. No obstante, los datos apuntados inclinan a considerarla muy factible, aunque se trata de una deuda que fructifica más tarde, coincidiendo con la aproximación del escritor al carlismo.


TENDENCIAS TEATRALES DESDE FINALES DEL SIGLO XIX HASTA 1940



La consolidación de la comedia burguesa y las fórmulas renovadoras del teatro
·         La segunda mitad del siglo XIX está dominada por dos tendencias literarias que tienen su reflejo también en la literatura dramática y en la forma de representación teatral: el Realismo y el Naturalismo.

·         El Realismo en teatro presenta un lenguaje cotidiano y familiar y sus personajes no sólo hablan en forma natural, sino que poseen una psicología de seres comunes; sus acciones se asemejan todo cuanto se pueda a las acciones de la gente real. Representadas sobre el escenario tienen que convencer al público de que la acción que desarrollan podría darse en la vida.

·         El Naturalismo, como tendencia literaria, implica otros principios más complicados, basados en teoría científicas que aparecen en aquella época, y afecta más a los temas y al tratamiento de personajes y acciones. Considera el Naturalismo que los seres humanos están gobernados por leyes de la herencia y por influencia del medio.


·         La alta comedia es una fórmula teatral de la segunda mitad del siglo XIX, que coincide con la comedia burguesa del Segundo Imperio francés (1852-1870). Leandro Fernández de Moratín estilizó la realidad convirtiéndola en miniatura; los románticos la exaltaron desaforadamente. Quedaba el camino de aproximación a la verdad, sin deformaciones de ninguna clase: un recorte a lo desmesurado y una limitación a la tendencia a achicar la objetividad.

·         Experiencias teatrales de algunos noventayochistas (Unamuno y Azorín), de algún coetáneo como Jacinto Grau, y el caso aparte, dentro de la misma generación, de Valle-Inclán. Nuevos impulsos renovadores posteriores, debidos a las vanguardias y a la generación del 27. La obra de García Lorca será síntesis y cima de las inquietudes teatrales del momento


·         El siglo XIX se abre con el drama romántico, que representa el universo como caos sin sentido, frente al orden neoclásico. En su segunda mitad, la presencia de un público burgués marcará la preferencia por un teatro claro y sencillo, que obliga a los autores a repasar la lección neoclásica del siglo anterior. Los géneros literarios comienzan a mezclarse: prosa dialogada, teatro lírico, etc. y la prosa desplaza al verso. Parece haberse alcanzado una fórmula que duraría hasta el último cuarto del siglo XX.

LOS PRIMEROS AÑOS DE LA POSGUERRA




Tras la Guerra civil española, la producción literaria en España fue muy escasa, ya que entre las preocupaciones de los literatos, tenía primacía la de sobrevivir. Teatro, novela y poesía se llevaron un gran golpe tras el año 1936.
Aunque la producción literaria es pobre en la primera década de posguerra, la poesía mantiene una cierta riqueza artística.
En esta etapa se sitúa Miguel Hernández, que se considera un autor perteneciente a dos corrientes: el grupo poético del 27, y la llamada Generación del 36. La mayoría de los autores pertenecientes a esta última generación continuaron su obra en el exilio, otros se quedaron en España y siguieron dos caminos:
Poesía araigada

Poesía desarraigada
Tradición, fe, conservadurismo, conformismo, metafísica personal, realismo sereno, catolicismo.
"Poesía arraigada", así llamó Dámaso Alonso a una  poesía entrañable, de hondo aliento intimista, que atiende a los hechos y las figuras de la cotidianidad del poeta: la familia, la amistad, el hogar, la costumbre, la rutina.
Leopoldo Panero
Luis Felipe Vivanco
Luis Rosales

Rebeldía, ira, revolución, inconformismo, descontento, vacío personal existencial, angustia.
Grupo de realismo social:
Victoria Crémer
Gabriel Celaya
Blas de Otero
Eugenio de Nora
Grupo existencialista:
Carlos Bousoño
Vicente Gaos
José Hierro
Rafael Morales

·         Victoriano Crémer fundó con Eugenio de Nora la revista Espadaña. Gabriel Celaya comenzo a publicar antes de la guerra civil, pero su obra más conocida se desarrolla a partir de 1947. De su época social es justo recordar Cantos Íberos, que es un libro comprometido dedicado a la defensa de las capas populares y a la libertad.

Blas de Otero es el gran poeta de la posguerra y su obra resume la evolución de la poesía española desde 1939 hasta su muerte. Su primera etapa es existencialista y estremecedora por su tono desgarrado, se centra en la búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia humana. Obras: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, publicados más tarde con el título común de Ancia. Su segunda etapa significa se entrada en la poesía social. Obras: Pido la paz y la palabra. Su tercera etapa supone un cambio formal importante, casi cercano al experimentalismo.